El Profeta de Esta Edad.
Los dones de Dios vienen por elección o predestinación, no por méritos o esfuerzos personales. Moisés no estaba orando y ayunando por un ministerio cuando Dios se le presentó y le dijo que él era un profeta. Lo mismo pudiéramos decir de Elíseo, quien se encontraba trabajando en el campo cuando Elías echó su manto sobre él; y de Jeremías, de quien el Señor dijo: "Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que salieses de la matriz te santifiqué, te di por profeta a las gentes" (Jeremías 1:5). Pablo, el profeta y apóstol de los gentiles en la primera edad de la iglesia, tampoco estaba demandando ese ministerio cuando se encontró con el Señor en el camino de Damasco; pero Dios lo tenía escogido desde el vientre de su madre para esa labor. (Gálatas 1.15). Entonces los dones de Dios son predestinados.
En cuanto al hombre vindicado como el profeta-mensajero de esta, edad, él nada tuvo que hacer para obtener este ministerio. Todo fue por gracia y elección de Dios.
El ministerio del hermano William Marrion Branham se caracterizó por su fidelidad a la Palabra de Dios y por, su humildad y amor. Su meta fue agradar al Señor y vivir para los demás.
El hermano William Marrion Branham nació en el Estado de Kentucky, Estados Unidos de Norte América, en una cabaña muy humilde, en abril de 1909. El fue el primogénito de una pareja muy pobre.
Dos días después de su nacimiento una Columna de luz penetró por la ventana y posó sobre su cabeza. Nadie pensó sobre el significado de aquella luz misteriosa. Desde muy tierna edad tuvo visiones que se cumplieron cabalmente. Cuando tenía siete años, mientras cargaba agua para su padre, le asombró el ruido de un fuerte viento que procedía de un árbol debajo del cual descansaba. Cuando él miró para averiguar el origen de aquel ruido, notó un remolino en el copo del árbol de donde procedieron estas palabras: "No vayas a fumar, beber o deshonrar" tu cuerpo en ninguna manera, porque habrá una obra para ti cuando tengas mayor edad." Siendo un niño se atemorizó y corrió a refugiarse en los brazos de su madre, la cual creyó que estaba enfermo de los nervios.
Varias semanas después de esto, mientras jugaba con su hermano, le vino una visión de la construcción de un puente sobre el río Ohio, donde él vio que mientras lo construían, una sección del puente se cayó y produjo la muerte de varios trabajadores. Veintidós años después, esta visión tuvo perfecto cumplimiento mientras que se construía el Puente Municipal sobre el río Ohio.
Para aquel tiempo el hermano Branham no entendió que Dios estaba lidiando con él; por tanto cuando la presión de sus amigos y familiares inconversos se hacía sentir, el procuraba complacerlos, pero todos sus esfuerzos en este particular fracasaron, porque aquel sonido peculiar del viento fuerte y la presencia de un ser que él no veía, siempre le obstaculizaron sus intenciones.
La vida del hermano Branham transcurrió normalmente por muchos años, hasta que una enfermedad por poco le cortó la existencia. Cuando estaba listo para ser operado, pensó que había llegado el final de su jornada, pero allí tuvo nuevas visiones, y oyó de nuevo la voz del Señor que le llamaba. En esa ocasión prometió a Dios que si le concedía vida, él predicaría el Evangelio por todas partes. El hermano Branham dice que después de esto se sintió tan bien como nunca se había sentido.
Cumpliendo su promesa comenzó a buscar a Dios con el fin de servirle y serie fiel, hasta que un día la luz de la salvación brilló en él, produciéndole gran gozo al experimentar el perdón de sus pecados. Poco después experimentó el bautismo en el Espíritu Santo. Esta experiencia, dice el hermano Branham que la sintió como una lluvia que caía sobre él y penetraba todo su ser. Luego halló compañerismo con los misioneros bautistas donde pronto fue ordenado para predicar el Evangelio. Tuvo mucho éxito en sus reuniones y muchas personas llegaron a conocer a Cristo por su predicación.
El 11 de junio del año 1933, cuando el hermano Branham bautizaba unos conversos en el río Ohio, frente a una multitud de cuatro mil personas, sucedió un fenómeno extraordinario: Apareció en el cielo una estrella encendida como un bólido con un ruido de viento fuerte, el cual fue audible a todos los que estaban presentes. Esta extraña luz se posó sobre el hermano Branham a la vista de todos. Muchas personas cayeron de rodillas clamando a Dios, mientras otros gritaban y corrían presos del temor. De aquella Columna de Fuego salió una voz que dijo: "Como Juan el Bautista fue enviado como precursor de la Primera Venida, asimismo tú has sido enviado como precursor de la Segunda Venida." Esto no fue algo provocado o producido por el hermano Branham ni por ningún ser humano; sino la perfecta expresión de la voluntad y elección divina. Y tenemos que recordar que Dios no cambia; Si tuvo un mensajero para aparejar al pueblo antes de su Primera Venida, entonces tendría que enviar otro que aparejaría al pueblo, antes de su Segunda Venida.
Esto es exactamente lo que ha hecho el mensaje del hermano William Marrion Branham. Ha sido un impacto en la simiente predestinada en el mundo entero, ha tornado el pueblo de Dios a la pureza de la Palabra, y lo ha separado de toda costumbre pagana y de las interpretaciones de los hombres. En resumen, el mensaje del hermano William Marrion Branham ha llevado al verdadero pueblo de Dios en todo el mundo a la unidad de la fe, y de esta manera lo ha aparejado para la Segunda Venida del Señor Jesucristo.
En el mismo año 1933, el hermano Branham tuvo varias visiones de carácter mundial que deberían cumplirse antes del regreso del Señor. Entre ellas vio el dictador Benito Mussolini invadiendo a Etiopía, y cómo esta nación caía rendida bajo su dominio. También le fue mostrado el trágico fin de este dictador. Vio a Alemania encabezada por Hitler entrando en guerra contra la América, y en la misma visión contempló la derrota de Hitler, así como también la famosa línea Sigfrido donde vio morir muchos americanos. El vio también los tres ismos: El Facismo, Nazismo y Comunismo; los dos primeros reducidos a nada, pero el Comunismo lo vio florecer. Otra visión le mostró los tremendos adelantos tecnológicos y científicos que se desarrollarían después de la guerra. En otra visión le fue mostrada la decadencia moral de la mujer y la forma inmoral como llegaría a vestirse en el tiempo del fin. Exactamente como lo vemos ahora en las calles y en las fotografías que aparecen publicadas.
Cuando el hermano Branham manifestó públicamente estas visiones, algunos ministros bautistas quisieron persuadirle para que no las diera a conocer, porque ellos pensaron que no eran inspiradas por Dios y, por lo tanto, al no cumplirse serían un reproche al Evangelio; pero todas estas suposiciones humanas se disiparon cuando estas visiones tuvieron perfecto cumplimiento.
Todavía el hermano William Marrion Branham no entendía muchos fenómenos que sucedían alrededor de su vida, hasta que un día del año 1946 cuando regresaba de su trabajo (porque él pastoreaba y trabajaba a la vez) sintió el ruido de un viento fuerte en el copo de un árbol cerca de su casa. Esto produjo un efecto tan grande en su vida que su esposa tuvo que acudir en su ayuda por el impacto recibido. Ella pensó que él se había enfermado de repente, pero cuando se normalizó, le contó lo sucedido. Esta fue la ocasión cuando el hermano William Marrion Branham decidió buscar al Señor en un lugar solitario hasta hallar la razón de todos estos misterios que le rodeaban. Dejó entonces su esposa e hijos y se internó en un monte, un lugar secreto, con el propósito de no regresar hasta no haber hallado la respuesta de parte de Dios. Oró intensamente haciendo un examen minucioso de su vida y pidiéndole al Señor que le perdonara en todo aquello en que pudo haberle ofendido. Cuando hubo derramado su corazón en oración sincera delante de Dios, se levantó esperando la respuesta divina. Eran como las once de la noche cuando vio una luz que entraba en la pieza; en aquel monte donde él estaba orando. El pensó que podía ser alguien que venía alumbrando con una linterna, pero se asomó y no vio a nadie. Aquella luz se intensificó hasta semejar una bola de fuego que brillaba sobre el piso. De repente oyó pasos de uno que venía hacía él. Esto le atemorizó grandemente porque él sabía que por esos lugares no había ninguna persona. El hermano Branham vio tan perfectamente este personaje que se le presentó que él lo describe en el testimonio donde relata este acontecimiento de su vida. Aquel mensajero le dijo: "No temas, yo soy enviado de la presencia del Dios Todopoderoso para decirte que tu vida extraordinaria y tus modos extraños han sido para indicar que Dios te ha enviado para que lleves un don de sanidad a las gentes del mundo. Si tú eres sincero y puedes hacer que te crean, nada será obstáculo a tu oración, ni siquiera el cáncer."
Allí recibió la comisión de ir por todo el Inundo con este ministerio de Sanidad Divina, con dos señales que le fueron dadas; una para levantarle la fe al pueblo, y la otra, la señal clara de la Segunda Venida del Señor. La primera señal consistió en conocer las enfermedades y dolencias de las personas por vibraciones en su mano izquierda. Millares de personas conocieron y experimentaron la vindicación de esta señal. Bastaba que el hermano Branham tomara una persona de la mano para saber si estaba enferma y que clase de enfermedad tenía. Con este ministerio él fue llamado de muchos lugares y efectuó campañas por toda Norte América y por diferentes partes del mundo. Llegó a realizar campañas que reunieron más de cien mil personas. Más tarde tuvo la otra señal con la cual podía discernir los pensamientos e intenciones del corazón. El hermano Branham predicaba la Palabra y después llamaba los enfermos para orar por ellos.
Uno de los casos más extraordinario en su ministerio, sucedió en Durban, ciudad de Sur África, donde llevaron un hombre deforme que no podía levantarse; el cual caminaba como un animal usando sus manos y sus pies. Algunas personas ganaban dinero exhibiéndolo en las calles como un ejemplar de curiosidad. Lo conducían como un animal a través de una cadena tomada del cuello. Cuando a este hombre lo llevaron a la campaña en busca de oración, Dios le mostró por visión al hermano Branham que sería sanado. Esto dio oportunidad para que el hermano Branham retara a todos los líderes religiosos, como lo hizo Elías en el monte Carmelo, llamándolos públicamente a la plataforma para que probaran el poder de sus dioses y de sus religiones haciendo que aquel hombre fuera sanado. Nadie se atrevió a aceptar el reto, por lo tanto, el hermano Branham le preguntó al pueblo que si ellos estarían dispuestos a dejar sus dioses quienes no eran capaces de sanar aquel hombre, y a recibir al Señor Jesucristo como el Dios vivo y verdadero si El sanaba aquel inútil. El pueblo contestó que así lo haría. De inmediato el hermano Branham haciendo traer al inválido, oró públicamente pidiéndole al Señor que lo sanara y probara que El era el único Dios verdadero. Tan pronto como el hermano Branham oró por aquel hombre, éste se enderezó tal como el Señor se lo había mostrado en la visión. Aquello fue un espectáculo tremendo, la gente alabó a Dios por esta obra. Este hombre era conocido por todo el pueblo. Se calcula que treinta mil personas aceptaron a Cristo en esa reunión. Cuando la campaña terminó, el Alcalde de la ciudad encabezó una caravana en la cual iban siete camiones de estacas llenos de todos los artefactos conocidos para inválidos, tales como muletas, bastones, sillas de ruedas, camillas, aparatos ortopédicos y. demás instrumentos de los cuales se valen los inválidos para andar.
En la ciudad de Bombay, India, donde alrededor de cuatrocientas mil personas vinieron a oírle, el hermano Branham al ver sus muchos dioses y prácticas paganas, les habló como Pablo a los atenienses. Allí también retó a los líderes y representantes como lo había hecho en el África. Les mostró la impotencia de sus dioses y lo vano de sus religiones. El tomó al mendigo más conocido de la ciudad, quien había quedado ciego de tanto mirar el sol en un rito de adoración a sus dioses. El pueblo se asombró cuando el hermano William Marriom Branham reveló con detalles la vida y enfermedad de este hombre, pero mayor fue el asombro cuando él retó a los líderes de decenas de sectas religiosas que estaban allí, invitándoles que vinieran y oraran a sus dioses por la sanidad de este pobre ciego. Cuando ninguno de ellos aceptó el reto, él dijo: Los líderes y sacerdotes de todas las religiones representadas aquí, han rehusado venir en nombre de sus dioses a orar por este pobre ciego, pero yo he venido a Uds. en el Nombre de mi Señor Jesucristo. Al rehusar la invitación, ellos han probado que sus dioses no pueden sanado, pero yo digo que el Dios en quien yo creo sí le puede sanar. Ahora, si este hombre recibe sanidad cuando yo ore a mi Dios, ¿me prometen ustedes abandonar sus dioses muertos e impotentes? La multitud convino que así lo haría. Entonces el profeta tomó al hombre y oró por él pidiéndole al Señor Jesucristo que glorificara su Nombre y probara delante de aquel pueblo que él era el Dios vivo y verdadero. Al instante aquel hombre comenzó a gritar diciendo que ya veía, y lo probaba con sus acciones. Esto trajo una conmoción tan tremenda en la gente que todos quisieron pasar adelante para tocar al hermano Branham y ser sanados.
Tantos son los milagros y maravillas que Dios hizo en la vida del hermano Branham que se necesitarían muchos folletos como estos para poderlos relatar todos.
Pero la cosa más sobresaliente en el profeta de esta edad, fue que la Columna de Fuego que estuvo con Moisés en el desierto, la cual apareció a Pablo en el camino de Damasco, siempre estuvo presente en su ministerio.
En Houston, Texas, U.S.A., en enero de 1950, cuando el hermano Branham celebraba unas reuniones, Dios permitió que esta luz que siempre le acompañaba apareciera en una fotografía. Esto sucedió cuando un ministro se opuso a las reuniones que efectuaba el hermano Branham. Este señor queriendo negar la Sanidad Divina, lanzó públicamente un reto. Un hermano que acompañaba al profeta aceptó el reto y se fijaron las condiciones. Este ministro contrario alquiló dos fotógrafos para tomar las incidencias del reto, con el fin de usar estas instantáneas en la publicidad de su presunta victoria sobre el profeta y sus enseñanzas. Las fotografías fueron tomadas normalmente durante el debate, pero cuando estos fotógrafos regresaron al laboratorio para revelar las películas, hallaron que ninguna de las exposiciones habían salido. Todas se perdieron, exceptuando una que le habían tomado al hermano Branham después del debate. Esta fue la que apareció con la Columna de Fuego sobre la cabeza del hermano Branham. Esta fotografía fue sometida a toda clase de pruebas; y el gobierno norteamericano en la persona del Dr. George Lacy, quien en esa ocasión era jefe del laboratorio del F.B.I., dio su fallo declarando que se trataba de una fotografía genuina con un fenómeno sobrenatural.
Esto fue una vindicación pública de parte del Señor a su siervo, el profeta, quien decía que la luz de Dios le acompañaba desde su cuna y estaba allí en sus reuniones. Esta es la misma luz que se le apareció en el año 1933 en el río Ohio y la misma que le dio las señales y ministerio en el 1946. Esta es la misma luz que acompañó a Moisés en el desierto cuando sacó a Israel de Egipto, y es la misma que se le apareció a Pablo en el camino de Damasco cuando quedó ciego. Esta luz es el mismo Señor de la gloria, el mismo ayer, hoy y por los siglos, porque El es Luz.
Esta fotografía la han visto millones de personas y está en millares de hogares como un testimonio a la verdad de que Dios ha enviado un profeta en esta edad con un mensaje para su pueblo. No solamente hay millones que ignoran este hecho, sino que hay quienes lo resisten y lo combaten. Pero esto no anula la verdad de Dios, porque El ha prometido un profeta para esta edad, y Ello ha enviado y lo ha vindicado con su presencia. Amén.
En cuanto al hombre vindicado como el profeta-mensajero de esta, edad, él nada tuvo que hacer para obtener este ministerio. Todo fue por gracia y elección de Dios.
El ministerio del hermano William Marrion Branham se caracterizó por su fidelidad a la Palabra de Dios y por, su humildad y amor. Su meta fue agradar al Señor y vivir para los demás.
El hermano William Marrion Branham nació en el Estado de Kentucky, Estados Unidos de Norte América, en una cabaña muy humilde, en abril de 1909. El fue el primogénito de una pareja muy pobre.
Dos días después de su nacimiento una Columna de luz penetró por la ventana y posó sobre su cabeza. Nadie pensó sobre el significado de aquella luz misteriosa. Desde muy tierna edad tuvo visiones que se cumplieron cabalmente. Cuando tenía siete años, mientras cargaba agua para su padre, le asombró el ruido de un fuerte viento que procedía de un árbol debajo del cual descansaba. Cuando él miró para averiguar el origen de aquel ruido, notó un remolino en el copo del árbol de donde procedieron estas palabras: "No vayas a fumar, beber o deshonrar" tu cuerpo en ninguna manera, porque habrá una obra para ti cuando tengas mayor edad." Siendo un niño se atemorizó y corrió a refugiarse en los brazos de su madre, la cual creyó que estaba enfermo de los nervios.
Varias semanas después de esto, mientras jugaba con su hermano, le vino una visión de la construcción de un puente sobre el río Ohio, donde él vio que mientras lo construían, una sección del puente se cayó y produjo la muerte de varios trabajadores. Veintidós años después, esta visión tuvo perfecto cumplimiento mientras que se construía el Puente Municipal sobre el río Ohio.
Para aquel tiempo el hermano Branham no entendió que Dios estaba lidiando con él; por tanto cuando la presión de sus amigos y familiares inconversos se hacía sentir, el procuraba complacerlos, pero todos sus esfuerzos en este particular fracasaron, porque aquel sonido peculiar del viento fuerte y la presencia de un ser que él no veía, siempre le obstaculizaron sus intenciones.
La vida del hermano Branham transcurrió normalmente por muchos años, hasta que una enfermedad por poco le cortó la existencia. Cuando estaba listo para ser operado, pensó que había llegado el final de su jornada, pero allí tuvo nuevas visiones, y oyó de nuevo la voz del Señor que le llamaba. En esa ocasión prometió a Dios que si le concedía vida, él predicaría el Evangelio por todas partes. El hermano Branham dice que después de esto se sintió tan bien como nunca se había sentido.
Cumpliendo su promesa comenzó a buscar a Dios con el fin de servirle y serie fiel, hasta que un día la luz de la salvación brilló en él, produciéndole gran gozo al experimentar el perdón de sus pecados. Poco después experimentó el bautismo en el Espíritu Santo. Esta experiencia, dice el hermano Branham que la sintió como una lluvia que caía sobre él y penetraba todo su ser. Luego halló compañerismo con los misioneros bautistas donde pronto fue ordenado para predicar el Evangelio. Tuvo mucho éxito en sus reuniones y muchas personas llegaron a conocer a Cristo por su predicación.
El 11 de junio del año 1933, cuando el hermano Branham bautizaba unos conversos en el río Ohio, frente a una multitud de cuatro mil personas, sucedió un fenómeno extraordinario: Apareció en el cielo una estrella encendida como un bólido con un ruido de viento fuerte, el cual fue audible a todos los que estaban presentes. Esta extraña luz se posó sobre el hermano Branham a la vista de todos. Muchas personas cayeron de rodillas clamando a Dios, mientras otros gritaban y corrían presos del temor. De aquella Columna de Fuego salió una voz que dijo: "Como Juan el Bautista fue enviado como precursor de la Primera Venida, asimismo tú has sido enviado como precursor de la Segunda Venida." Esto no fue algo provocado o producido por el hermano Branham ni por ningún ser humano; sino la perfecta expresión de la voluntad y elección divina. Y tenemos que recordar que Dios no cambia; Si tuvo un mensajero para aparejar al pueblo antes de su Primera Venida, entonces tendría que enviar otro que aparejaría al pueblo, antes de su Segunda Venida.
Esto es exactamente lo que ha hecho el mensaje del hermano William Marrion Branham. Ha sido un impacto en la simiente predestinada en el mundo entero, ha tornado el pueblo de Dios a la pureza de la Palabra, y lo ha separado de toda costumbre pagana y de las interpretaciones de los hombres. En resumen, el mensaje del hermano William Marrion Branham ha llevado al verdadero pueblo de Dios en todo el mundo a la unidad de la fe, y de esta manera lo ha aparejado para la Segunda Venida del Señor Jesucristo.
En el mismo año 1933, el hermano Branham tuvo varias visiones de carácter mundial que deberían cumplirse antes del regreso del Señor. Entre ellas vio el dictador Benito Mussolini invadiendo a Etiopía, y cómo esta nación caía rendida bajo su dominio. También le fue mostrado el trágico fin de este dictador. Vio a Alemania encabezada por Hitler entrando en guerra contra la América, y en la misma visión contempló la derrota de Hitler, así como también la famosa línea Sigfrido donde vio morir muchos americanos. El vio también los tres ismos: El Facismo, Nazismo y Comunismo; los dos primeros reducidos a nada, pero el Comunismo lo vio florecer. Otra visión le mostró los tremendos adelantos tecnológicos y científicos que se desarrollarían después de la guerra. En otra visión le fue mostrada la decadencia moral de la mujer y la forma inmoral como llegaría a vestirse en el tiempo del fin. Exactamente como lo vemos ahora en las calles y en las fotografías que aparecen publicadas.
Cuando el hermano Branham manifestó públicamente estas visiones, algunos ministros bautistas quisieron persuadirle para que no las diera a conocer, porque ellos pensaron que no eran inspiradas por Dios y, por lo tanto, al no cumplirse serían un reproche al Evangelio; pero todas estas suposiciones humanas se disiparon cuando estas visiones tuvieron perfecto cumplimiento.
Todavía el hermano William Marrion Branham no entendía muchos fenómenos que sucedían alrededor de su vida, hasta que un día del año 1946 cuando regresaba de su trabajo (porque él pastoreaba y trabajaba a la vez) sintió el ruido de un viento fuerte en el copo de un árbol cerca de su casa. Esto produjo un efecto tan grande en su vida que su esposa tuvo que acudir en su ayuda por el impacto recibido. Ella pensó que él se había enfermado de repente, pero cuando se normalizó, le contó lo sucedido. Esta fue la ocasión cuando el hermano William Marrion Branham decidió buscar al Señor en un lugar solitario hasta hallar la razón de todos estos misterios que le rodeaban. Dejó entonces su esposa e hijos y se internó en un monte, un lugar secreto, con el propósito de no regresar hasta no haber hallado la respuesta de parte de Dios. Oró intensamente haciendo un examen minucioso de su vida y pidiéndole al Señor que le perdonara en todo aquello en que pudo haberle ofendido. Cuando hubo derramado su corazón en oración sincera delante de Dios, se levantó esperando la respuesta divina. Eran como las once de la noche cuando vio una luz que entraba en la pieza; en aquel monte donde él estaba orando. El pensó que podía ser alguien que venía alumbrando con una linterna, pero se asomó y no vio a nadie. Aquella luz se intensificó hasta semejar una bola de fuego que brillaba sobre el piso. De repente oyó pasos de uno que venía hacía él. Esto le atemorizó grandemente porque él sabía que por esos lugares no había ninguna persona. El hermano Branham vio tan perfectamente este personaje que se le presentó que él lo describe en el testimonio donde relata este acontecimiento de su vida. Aquel mensajero le dijo: "No temas, yo soy enviado de la presencia del Dios Todopoderoso para decirte que tu vida extraordinaria y tus modos extraños han sido para indicar que Dios te ha enviado para que lleves un don de sanidad a las gentes del mundo. Si tú eres sincero y puedes hacer que te crean, nada será obstáculo a tu oración, ni siquiera el cáncer."
Allí recibió la comisión de ir por todo el Inundo con este ministerio de Sanidad Divina, con dos señales que le fueron dadas; una para levantarle la fe al pueblo, y la otra, la señal clara de la Segunda Venida del Señor. La primera señal consistió en conocer las enfermedades y dolencias de las personas por vibraciones en su mano izquierda. Millares de personas conocieron y experimentaron la vindicación de esta señal. Bastaba que el hermano Branham tomara una persona de la mano para saber si estaba enferma y que clase de enfermedad tenía. Con este ministerio él fue llamado de muchos lugares y efectuó campañas por toda Norte América y por diferentes partes del mundo. Llegó a realizar campañas que reunieron más de cien mil personas. Más tarde tuvo la otra señal con la cual podía discernir los pensamientos e intenciones del corazón. El hermano Branham predicaba la Palabra y después llamaba los enfermos para orar por ellos.
Uno de los casos más extraordinario en su ministerio, sucedió en Durban, ciudad de Sur África, donde llevaron un hombre deforme que no podía levantarse; el cual caminaba como un animal usando sus manos y sus pies. Algunas personas ganaban dinero exhibiéndolo en las calles como un ejemplar de curiosidad. Lo conducían como un animal a través de una cadena tomada del cuello. Cuando a este hombre lo llevaron a la campaña en busca de oración, Dios le mostró por visión al hermano Branham que sería sanado. Esto dio oportunidad para que el hermano Branham retara a todos los líderes religiosos, como lo hizo Elías en el monte Carmelo, llamándolos públicamente a la plataforma para que probaran el poder de sus dioses y de sus religiones haciendo que aquel hombre fuera sanado. Nadie se atrevió a aceptar el reto, por lo tanto, el hermano Branham le preguntó al pueblo que si ellos estarían dispuestos a dejar sus dioses quienes no eran capaces de sanar aquel hombre, y a recibir al Señor Jesucristo como el Dios vivo y verdadero si El sanaba aquel inútil. El pueblo contestó que así lo haría. De inmediato el hermano Branham haciendo traer al inválido, oró públicamente pidiéndole al Señor que lo sanara y probara que El era el único Dios verdadero. Tan pronto como el hermano Branham oró por aquel hombre, éste se enderezó tal como el Señor se lo había mostrado en la visión. Aquello fue un espectáculo tremendo, la gente alabó a Dios por esta obra. Este hombre era conocido por todo el pueblo. Se calcula que treinta mil personas aceptaron a Cristo en esa reunión. Cuando la campaña terminó, el Alcalde de la ciudad encabezó una caravana en la cual iban siete camiones de estacas llenos de todos los artefactos conocidos para inválidos, tales como muletas, bastones, sillas de ruedas, camillas, aparatos ortopédicos y. demás instrumentos de los cuales se valen los inválidos para andar.
En la ciudad de Bombay, India, donde alrededor de cuatrocientas mil personas vinieron a oírle, el hermano Branham al ver sus muchos dioses y prácticas paganas, les habló como Pablo a los atenienses. Allí también retó a los líderes y representantes como lo había hecho en el África. Les mostró la impotencia de sus dioses y lo vano de sus religiones. El tomó al mendigo más conocido de la ciudad, quien había quedado ciego de tanto mirar el sol en un rito de adoración a sus dioses. El pueblo se asombró cuando el hermano William Marriom Branham reveló con detalles la vida y enfermedad de este hombre, pero mayor fue el asombro cuando él retó a los líderes de decenas de sectas religiosas que estaban allí, invitándoles que vinieran y oraran a sus dioses por la sanidad de este pobre ciego. Cuando ninguno de ellos aceptó el reto, él dijo: Los líderes y sacerdotes de todas las religiones representadas aquí, han rehusado venir en nombre de sus dioses a orar por este pobre ciego, pero yo he venido a Uds. en el Nombre de mi Señor Jesucristo. Al rehusar la invitación, ellos han probado que sus dioses no pueden sanado, pero yo digo que el Dios en quien yo creo sí le puede sanar. Ahora, si este hombre recibe sanidad cuando yo ore a mi Dios, ¿me prometen ustedes abandonar sus dioses muertos e impotentes? La multitud convino que así lo haría. Entonces el profeta tomó al hombre y oró por él pidiéndole al Señor Jesucristo que glorificara su Nombre y probara delante de aquel pueblo que él era el Dios vivo y verdadero. Al instante aquel hombre comenzó a gritar diciendo que ya veía, y lo probaba con sus acciones. Esto trajo una conmoción tan tremenda en la gente que todos quisieron pasar adelante para tocar al hermano Branham y ser sanados.
Tantos son los milagros y maravillas que Dios hizo en la vida del hermano Branham que se necesitarían muchos folletos como estos para poderlos relatar todos.
Pero la cosa más sobresaliente en el profeta de esta edad, fue que la Columna de Fuego que estuvo con Moisés en el desierto, la cual apareció a Pablo en el camino de Damasco, siempre estuvo presente en su ministerio.
En Houston, Texas, U.S.A., en enero de 1950, cuando el hermano Branham celebraba unas reuniones, Dios permitió que esta luz que siempre le acompañaba apareciera en una fotografía. Esto sucedió cuando un ministro se opuso a las reuniones que efectuaba el hermano Branham. Este señor queriendo negar la Sanidad Divina, lanzó públicamente un reto. Un hermano que acompañaba al profeta aceptó el reto y se fijaron las condiciones. Este ministro contrario alquiló dos fotógrafos para tomar las incidencias del reto, con el fin de usar estas instantáneas en la publicidad de su presunta victoria sobre el profeta y sus enseñanzas. Las fotografías fueron tomadas normalmente durante el debate, pero cuando estos fotógrafos regresaron al laboratorio para revelar las películas, hallaron que ninguna de las exposiciones habían salido. Todas se perdieron, exceptuando una que le habían tomado al hermano Branham después del debate. Esta fue la que apareció con la Columna de Fuego sobre la cabeza del hermano Branham. Esta fotografía fue sometida a toda clase de pruebas; y el gobierno norteamericano en la persona del Dr. George Lacy, quien en esa ocasión era jefe del laboratorio del F.B.I., dio su fallo declarando que se trataba de una fotografía genuina con un fenómeno sobrenatural.
Esto fue una vindicación pública de parte del Señor a su siervo, el profeta, quien decía que la luz de Dios le acompañaba desde su cuna y estaba allí en sus reuniones. Esta es la misma luz que se le apareció en el año 1933 en el río Ohio y la misma que le dio las señales y ministerio en el 1946. Esta es la misma luz que acompañó a Moisés en el desierto cuando sacó a Israel de Egipto, y es la misma que se le apareció a Pablo en el camino de Damasco cuando quedó ciego. Esta luz es el mismo Señor de la gloria, el mismo ayer, hoy y por los siglos, porque El es Luz.
Esta fotografía la han visto millones de personas y está en millares de hogares como un testimonio a la verdad de que Dios ha enviado un profeta en esta edad con un mensaje para su pueblo. No solamente hay millones que ignoran este hecho, sino que hay quienes lo resisten y lo combaten. Pero esto no anula la verdad de Dios, porque El ha prometido un profeta para esta edad, y Ello ha enviado y lo ha vindicado con su presencia. Amén.