La Santa Escritura registra las vidas y los hechos de hombres que anduvieron con Dios y fueron tan ungidos con Su Espíritu que ellos podian declarar ASÍ DICE EL SEÑOR, y sus palabras eran vindicadas por señales y maravillas. Ellos eran los profetas de Dios, y la Voz de Dios para su generación.
En esta generación, casi dos mil años desde el principio de la edad apostólica, la gente del siglo veinte también ha atestiguado el ministerio de un profeta vindicado de Dios. Su nombre fue William Marrion Branham, y su ministerio cumplió lo profetizado en el Antiguo Testamento en Malaquías 4:5 "He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día del SEÑOR, grande y terrible."
En esta generación, casi dos mil años desde el principio de la edad apostólica, la gente del siglo veinte también ha atestiguado el ministerio de un profeta vindicado de Dios. Su nombre fue William Marrion Branham, y su ministerio cumplió lo profetizado en el Antiguo Testamento en Malaquías 4:5 "He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día del SEÑOR, grande y terrible."
He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día del SEÑOR, grande y terrible. Malaquías 4:5
Desde los días de la Biblia el mundo no ha atestiguado algo que pueda ser comparado al ministerio del Hermano Branham. Cuando él apareció en el proscenio nacional en 1946, produjo la chispa que encendió un período de grandes avivamientos de sanidad divina que paso rápidamente a través de toda América y el mundo entero.
En la actualidad, él es reconocido por historiadores Cristianos como el "padre" y "pionero" del avivamiento de sanidad divina de los años 1950 que transformó el movimiento Pentecostal y en última instancia dio lugar al movimiento Carismático, que hoy influye casi en toda denominación Protestante.
Durante veinte años, y ante millones de personas, William Branham demostró el Don de Discernimiento y la Palabra de Conocimiento (conociendo los secretos del corazón de una persona) con una exactitud infalible que no había sido antes vista, y no ha sido hacho nada igual desde entonces.
Su ministerio de sanidad fue legendario, aún en la opinión de muchos, él desaprovechó el gran don que Dios le había dado por tratar de predicar. Pocos líderes de iglesia fueron capaces de ver más allá de su carencia de educación y reconocer el objetivo del don, que no debía atraer la atención hacia el hombre, sino a la Palabra que estaba siendo restaurada. La promesa de Mateo 17:11 fue cumplida: “Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas.”
Hubo una razón por qué Dios escogió a William Branham para ser Su Voz para esta generación. Él fue un hombre que no fue moldeado a entendimiento teológico o bajo influencia de barreras denominacionales, por lo tanto él no vaciló en señalar a la gente de todos los credos hechos de hombres y tradiciones, y traerlos a la Palabra original, tal como fue enseñada por los padres apostólicos. Él no tenía ninguna ambicion o agenda particular, escogiendo en cambio permanecer como un siervo humilde de Dios, nunca aspirando a un estilo de vida rodeado de lujos o promoverse más arriba de los demás. Él vivió su vida en total sumisión al liderazgo del Espíritu Santo.
La profunda unción que rodeó su ministerio, y las manifestaciónes extraordinarias de lo sobrenatural que tuvo lugar en todas partes de su vida claramente lo identificaron como un profeta Ordenado por Dios.
Los efectos de este ministerio no han sido disminuidos por el pasar del tiempo. Hoy hay cerca de medio millón de personas por todo el mundo que son seguidores del Mensaje que Dios trajó a Su pueblo a traves del ministerio del Hermano Branham. Millones de libros conteniendo sus sermones son impresos anualmente. El trabajo de traducción en este momento es llevado a cabo en más de 40 lenguajes. Cientos de miles de grabaciones de sus sermones en cinta son distribuidos cada año. El esfuerzo misionero se extiende a lo largo del mundo entero.
En la actualidad, él es reconocido por historiadores Cristianos como el "padre" y "pionero" del avivamiento de sanidad divina de los años 1950 que transformó el movimiento Pentecostal y en última instancia dio lugar al movimiento Carismático, que hoy influye casi en toda denominación Protestante.
Durante veinte años, y ante millones de personas, William Branham demostró el Don de Discernimiento y la Palabra de Conocimiento (conociendo los secretos del corazón de una persona) con una exactitud infalible que no había sido antes vista, y no ha sido hacho nada igual desde entonces.
Su ministerio de sanidad fue legendario, aún en la opinión de muchos, él desaprovechó el gran don que Dios le había dado por tratar de predicar. Pocos líderes de iglesia fueron capaces de ver más allá de su carencia de educación y reconocer el objetivo del don, que no debía atraer la atención hacia el hombre, sino a la Palabra que estaba siendo restaurada. La promesa de Mateo 17:11 fue cumplida: “Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas.”
Hubo una razón por qué Dios escogió a William Branham para ser Su Voz para esta generación. Él fue un hombre que no fue moldeado a entendimiento teológico o bajo influencia de barreras denominacionales, por lo tanto él no vaciló en señalar a la gente de todos los credos hechos de hombres y tradiciones, y traerlos a la Palabra original, tal como fue enseñada por los padres apostólicos. Él no tenía ninguna ambicion o agenda particular, escogiendo en cambio permanecer como un siervo humilde de Dios, nunca aspirando a un estilo de vida rodeado de lujos o promoverse más arriba de los demás. Él vivió su vida en total sumisión al liderazgo del Espíritu Santo.
La profunda unción que rodeó su ministerio, y las manifestaciónes extraordinarias de lo sobrenatural que tuvo lugar en todas partes de su vida claramente lo identificaron como un profeta Ordenado por Dios.
Los efectos de este ministerio no han sido disminuidos por el pasar del tiempo. Hoy hay cerca de medio millón de personas por todo el mundo que son seguidores del Mensaje que Dios trajó a Su pueblo a traves del ministerio del Hermano Branham. Millones de libros conteniendo sus sermones son impresos anualmente. El trabajo de traducción en este momento es llevado a cabo en más de 40 lenguajes. Cientos de miles de grabaciones de sus sermones en cinta son distribuidos cada año. El esfuerzo misionero se extiende a lo largo del mundo entero.