Esta pregunta ha dejado a generaciones perplejas durante miles de años. Algunos dicen que Melquisedec era un sacerdocio figurativo, algunos dicen que era realmente una persona, y otros dicen que no era real, sino sólo un mito. El hermano Branham cierra las reuniones en la Escuela Intermedia Parkview con LA RESPUESTA que no deja ninguna duda de quién es esta persona. Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. (Hebreos 7:1-3) Ahora, si El puede por medio de esa misma palabra crear algo que no está allí, ¡cuánto más se mantendrá firme Esto en el Día del Juicio! (PAR. 20). ¡No un orden; sino una Persona! Así que El no era solamente un orden sacerdotal, tampoco era El un mito. El era una Persona. (PAR. 31). Toda la Biblia es la revelación de Dios. Toda la Iglesia está edificada sobre la revelación de Dios. No hay otra manera de conocer a Dios, sólo por revelación. (PAR. 37). Y ha estado escondida desde la fundación del mundo, y Su séptuple misterio. Y Dios prometió en este día, en la edad de esta iglesia de Laodicea, que El le quitaría la máscara a toda la cosa y podríamos verlo. ¡Qué cosa más gloriosa! (PAR. 42). Este entonces es el estado en que El estaba cuando El se encontró con Abraham, se llamaba Melquisedec. El estaba en la forma de teofanía. (PAR. 57). Eso prueba la predestinación de Dios. ¿Ven? Uds. no pueden ser la Palabra a menos que Uds. son un pensamiento. Uds. tenían que estar en el pensamiento, primero. (PAR. 69). Cuando este cuerpo recibe el Espíritu de Dios, la Vida inmortal dentro de Uds., pone este cuerpo en sujeción a Dios. (PAR. 71). Y entonces cuando Uds. llegan a estar sujetos a ese Espíritu, sujeta todo su ser a ese Espíritu. Y ese Espíritu no es nada más que esta Simiente Palabra manifestada, o vivificada, aleluya, hecha viva. (PAR. 73). Y, entonces, cuando este manto de carne es abandonado, hay un cuerpo natural, teofanía, un cuerpo no hecho por manos, ni nacido de una mujer, al que vamos. (PAR. 78). De esa manera es con el Evangelio, o la Palabra, o el Poder de Jesucristo. Cuando un hombre ha sido predestinado a Vida Eterna, él oye ese grito de Dios de sonido verdadero, nada puede mantenerlo alejado de Ello. (PAR. 84). “¡Hijo, salta! Tú eres un águila. Sube acá adonde yo estoy”. (PAR. 85). Pero Melquisedec, después de que Su hijo Abraham había ganado la victoria, Melquisedec se encontró con él y le dio vino y pan; mostrando que después de que esta batalla terrenal termine, nos encontraremos con El en los cielos y tomaremos la comunión otra vez. Será la Cena de la Boda. “No beberé más de la vid, o comeré del fruto, hasta que lo coma y lo beba con vosotros, de nuevo, en el Reino de Mi Padre”. ¿Es correcto eso? (PAR. 108). ¡Quién es este Melquisedec sino Dios! (PAR. 111). El redimir es algo...Redimir alguna cosa, es, “traerlo de regreso a su lugar original”. ¡Aleluya! Así que sólo los predestinados serán traídos de regreso, porque los otros no vinieron de Allí. ¿Ven?, “¡traer de regreso!” (PAR. 116). Sabemos cuando entramos a la Presencia de Dios, algo en nosotros nos dice que venimos de alguna parte, y vamos de regreso otra vez por medio de ese Poder que está jalándonos. (PAR. 119). Luego nos damos cuenta que, los Judíos, algunos de ellos lo recibieron a El. Algunos lo creyeron; algunos no. ¿Por qué no lo creyeron? Ellos no estaban ordenados a Vida. Ellos no eran parte de ese atributo. (PAR. 140). Ahora ha sido prometido que en estos últimos días, que, este mismo Dios, este mismo Cristo, regresaría aquí y se manifestaría El como Hijo del Hombre. (PAR. 158). Ese Melquisedec fue carne, El se representó en un cuerpo humano; y luego más tarde El fue hecho carne. Y ahora, esta noche, El es el mismo, ayer, hoy, y por los siglos. ¿Lo creen? (PAR. 161). ¡Soli Deo Gloria!
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AutorPastor del Tabernáculo Así Dice El Señor, de Lima - Peru desde el año 1998. Archivos
Diciembre 2021
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